La realidad de una campaña siempre tiene dos caras. La producción estimada y los precios. La primera de las variables debe conformarse hasta que avance la campaña hasta finales de enero en los aforos, que en este caso no resultan nada halagüeños ante el mal año climatológico. En el segundo caso, los precios siguen con su cotización diaria, pero van de la mano en muchas ocasiones de lo que pueda ocurrir con la producción real de campaña, tanto en España, como en el resto de países productores, con Italia, Grecia y Túnez en cabeza.
El inicio de la actual campaña sigue mostrando precios por encima de los 3,75 euros/kilo para los vírgenes extra y de 3,65 euros/kilo para los vírgenes. Precios que si los comparamos con la media de las últimas diez campañas muestran un diferencia muy importante: en torno a 1,75 euros/kilomás que la media de la última década que se queda en los 2,60 euros/kilo.
Porque la costumbre de ver en las dos últimas campañas precios medios por encima de la horquilla de los 3,50-3,60 euros/kilo durante mucho tiempo, no debe hacer olvidar al sector productor las muchas campañas en las que el precio de los virgen extra en España en origen no alcanzaba los 2,50 euros/kilo.
Si miramos hacia atrás las estadísticas de precios, se puede comprobar cómo entre las campañas 2008/09 a la 2011/2012, los precios medios en origen del virgen extra no llegaban a cubrir los costes fijos del olivar tradicional, al estar durante muchos meses por debajo de los dos euros/kilo. Incluso en el mes de junio de la campaña 2011/2012 se llegó a los 1,75 euros/kilo.
Una tendencia que a partir del mes de mayo de la campaña 2014/2015 comenzó a cambiar con fuerza para prolongar ya una larga lista de meses en los que el productor/almazarero/cooperativa puede recibir más de 3,50 euros/kilo por su aceite de oliva virgen extra.
Está por ver la presión de la Gran Distribución en las próximas semanas para volver a situar al oliva como producto reclamo con precios finales por debajo de esos 3,50 euros.