Badajoz es la provincia española donde los precios del aceite de oliva virgen extra en origen, es decir, a pie de almazara, son más caros: 327,55 euros/100 kg en Badajoz frente a los 307 euros en Ciudad Real; 321 euros en Córdoba; 321,60 euros en Jaén, 352,13 euros en Sevilla y 308 euros en Toledo, por citar las principales plazas oleícolas. Aunque todavía lejos de los más de seis euros el litro al que se están pagando los vírgenes extra en Italia ante la corta cosecha del país transalpino.
Precios que contrastan notablemente con las ofertas de virgen y virgen extra que siguen encontrándose en súper e hipermercados por debajo de los tres euros el litro. Es decir, el precio venta al público del aceite de oliva sigue siendo más barato que el precio al que los industriales y envasadores deben comprarlo a los propios productores. Una situación que ha terminado con la paciencia tanto de productores como de las grandes envasadoras asociadas a la patronal Anierac (Deoleo, Sovena, Acesur, Borges, Aceites Toledo…).
La organización de productores UPA ha denunciado en las últimas semanas ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) del Ministerio de Agricultura a grandes cadenas de distribución por “venta a pérdidas”, una actuación prohibida por la ley.
Mientras, desde Anierac se considera que “esta alteración artificial de los precios de los aceites de oliva confunden al consumidor y distorsionan la realidad de la estructura de costes de nuestra cadena de valor. En definitiva estas prácticas perjudican a todo el sector echando por tierra los esfuerzos para situarse como referencia de calidad de los alimentos españoles”.
Anierac le pide a la Ministra su colaboración para que “con su empuje, ponga en marcha y coordine las actuaciones de las administraciones públicas que tienen las competencias para vigilar y sancionar”.
Las tensiones en el mercado del aceite de oliva español pueden acentuarse en las próximas semanas de confirmarse las peores previsiones de cosecha sobre los primeros aforos previstos, que situarán la campaña 2014/2015 en el entorno de las 725.000 toneladas, un 60% menos que la anterior.
En el caso de Extremadura, la campaña se situará finalmente algo por encima de las 30.000 toneladas, en torno a un 50% menos que en la campaña anterior que fue récord histórico. La cosecha no sólo ha sido corta en cantidad en toda España, sino bastante mala en calidad debido a la mosca del olivo y a la caída prematura del fruto, con un porcentaje muy alto de aceites lampantes.