El olivo mejor que el parqué bursátil. El intensivo y el aceite de oliva se han convertido en el nuevo refugio de grandes inversores y fondos de inversión nacional e internacionales. La escasa rentabilidad ofrecida por los productos de ahorro conservadores como los depósitos a plazo, unido a los vaivenes de la Bolsa, han provocado que los grandes inversores nacionales e internacionales busquen alternativas de inversión. Y sobre todo, mejores revalorizaciones para su dinero. Y una de ellas está siendo la inversión en grandes proyectos de olivar intensivo y en seto en España, Portugal, Marruecos o países sudamericanos como Chile o Argentina.
El olivo mejor que el parqué bursátil. El intensivo y el aceite de oliva se han convertido en el nuevo refugio de grandes inversores y fondos de inversión nacional e internacionales. La escasa rentabilidad ofrecida por los productos de ahorro conservadores como los depósitos a plazo, unido a los vaivenes de la Bolsa, han provocado que los grandes inversores nacionales e internacionales busquen alternativas de inversión. Y sobre todo, mejores revalorizaciones para su dinero. Y una de ellas está siendo la inversión en grandes proyectos de olivar intensivo y en seto en España, Portugal, Marruecos o países sudamericanos como Chile o Argentina. En este tipo de proyectos, que requieren una importante inversión, la rentabilidad conseguida puede superar el 10% partir de los primeros años, una vez que se vaya amortizando la inversión. Como ocurrió en los primeros años del boom de las energías renovables –especialmente de la fotovoltaica y de la termosolar- el aceite de oliva y el olivar ha conseguido atraer a importantes fondos de inversión internacionales. Eso sí, en este caso, sin necesidad de las importantes primas y subvenciones que las energías renovables tenían en sus primeros años y que consiguieron atraer a los grandes fondos de inversión internacionales en utilities.
En los últimos años ya vimos como alguna de las mayores familias empresariales españolas como los Del Pino, propietarios de Ferrovial y varias grandes SICAVS, diversificaban sus inversiones con proyectos de plantaciones intensivas en Andalucía y Extremadura, y con proyectos propios de almazaras y marcas Premium de aceite de oliva. También lo hacían con otra finalidad grandes grupos como Sovena asociados a fondos de capital riesgo como Atitlán, gestionada por Roberto Centeno, ex ejecutivo de Goldman Sachs y yerno de Juan Roig, el factótum de Mercadona. Un fondo que ya gestiona con el gigante portugués aceitero más de 9.700 hectáreas de olivar en Portugal, 1.600 en España y 1.000 en Marruecos. Otros grandes grupos inversores franceses y españoles están desarrollando grandes inversiones en olivar superintensivo en Marruecos arropados por un importante plan estatal de inversiones agrarias.
Atitlán cuenta con numerosas inversiones en sectores agroalimentarios aunque en los últimos meses del 2013 anunció desinversiones en empresas proveedoras de Mercadona tras alcanzar su madurez: Bynsa, productora de aperitivos; Dafsa, dedicada a la producción, procesado y envasado de zumos, gazpachos y horchatas; Naturvega, de ensaladillas y salsas; e Ibersnacks, también de aperitivos.
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